viernes, 3 de febrero de 2012

Exparejas: ese tema tan delicado


Es gracioso el proceso que sufren las exparejas a lo largo de los días tras una ruptura. Antes de comenzar, quiero tener claro que es un tema delicado y prefiero que no haya alusiones personales (que tendría para hacer un blog dedicado a ello, porque tiene tela). Lo curioso es el momento clave en el que empiezas a darte cuenta de que ya no hay vuelta atrás, que ya se acabó y que es definitivo. Ahí comienza la fase que se considera “la carrera”. “La carrera” es el momento en el que toda expareja debe correr en todo e intentar adelantarse a lo que está haciendo el otro. Si tu ex sube una foto feliz, tú tienes que subir dos, si tu ex escribe un estado bonito, tú tienes que escribir dos… y así sucesivamente. ¡No hay tiempo que perder! Tienes que tener en cuenta que quién gana es quién muestra más felicidad, como si tu vida hubiese cambiado en cuestión de días.

Más curioso aún es cuando te encuentras con tu ex por la calle. Hay gente que le da tanta relevancia a este momento que sino van arreglados/as evitan de todos los medios posibles el cruzarse con esa persona. Pero aquí lo importante es sonreir, que te vea con una felicidad permanente (que sabes que la otra persona está haciendo exactamente lo mismo). Y el momento más absurdo por categoría es lo que algunas personas denominan como “comentarios falsos”. Son esos comentarios que realizas con un amigo o amiga a través de una red social contando lo que hiciste ese último fin de semana, contando una locura o un desfase máximo… eso sí, siempre en códigos, porque según tú lo haces para que no se entere del todo (aunque realmente lo hagas porque no hiciste nada y por si alguien que estuvo allí te vio).

Pero nada es comparable con la transformación física que sufre tu expareja en tu mente. Cuando estás con esa persona, pues obviamente la consideras como una modelo. Idea muy diferente a cuando se rompe, que se transforma y siempre comentas; “Puf, cuando estaba conmigo estaba mejor, porque ahora mismo… ¡madre mia!”. No nos engañemos, cuando has roto es cuando te has dado cuenta. Todos tus amigos sabíamos perfectamente con el cardo de persona que estabas, pero como buenos amigos nos hemos callado y todos te hemos dicho eso de “es majo” (vamos, que es feo de cojones, y perdón por la expresión). 

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